Improvisación teatral (improv): fundamentos e ideas básicas

Clase de improvisación teatral
Clase de improvisación teatral

En este artículo me gustaría hablaros de una de las facetas más divertidas y complicadas de un cómico: la improvisación teatral, o improv para el público anglosajón. Se trata de una disciplina ligada al teatro pero con un carácter eminentemente cómico. En improvisación teatral los actores y actrices se lanzan al escenario sin guión, sin atrezzo y sin escenografía. Tan solo su mente, la conexión entre los miembros de la compañía y una serie de mecánicas son las armas con las que cuentan. Y el público, por supuesto, pieza imprescindible. 

Encendiendo los motores de la impro

Las improvisaciones teatrales son historias que pueden ir desde los 5 minutos hasta auténticas obras de más de una hora de duración surgidas de la nada. En general existen una serie de mecánicas, también llamadas juegos de impro, que establecen unas normas básicas y que dan dinamismo a los espectáculos de improvisación. 

Pero, por debajo de mecánicas, juegos o formas de contar historias improvisadas, existe una capa que hace que las improvisaciones tengan sentido y se conviertan en historias con planteamiento, nudo y desenlace.

A esta capa inferior que sostiene la improvisación se le llama en algunos ámbitos motores de la impro siendo el P.R.O.L. el más importante de ellos. Veamos que significa esto.

P.R.O.L.: Personajes, relación, objetivo, lugar

Toda historia improvisada debe sentar las bases que servirán de vigas maestras al principio utilizando el P.R.O.L.

  • Debemos crear el personaje o personajes que van a protagonizar la historia.
  • Debemos establecer la relación que existe entre los personajes que hemos creado (hermanos, pareja, policía-ladrón…).
  • Debemos marcar lo antes posible el objetivo que persiguen los personajes que hará que la acción se active.
  • Y también debemos pintar el lugar en el que todo ocurre (siendo la mímica una de las principales armas para ello).

Otros motores de la impro

Existen muchos otros motores que sirven para hacer avanzar la historia. Algunos de ellos tienen que ver con rasgos de los personajes (algún tic, alguna manía, algún secreto inconfesable), otros con el género de la historia que estamos contando (desde un western a un musical, pasando por terror o ciencia-ficción, todo puede ocurrir en impro) y otros con eventos y recursos con los que cuenta el improvisador en su caja de herramientas mental (utilizar flashbacks, saltarse la cuarta pared, congelar el tiempo…). 

Estos recursos se ganan con el paso del tiempo a base de entrenamiento y de actuaciones, porque la impro no se ensaya, se entrena. 

Las normas de la casa de la impro

Además de los motores y las mecánicas de cada juego, la improvisación teatral se basa en una serie de normas universales (que, por supuesto, se pueden saltar en un determinado momento) que varían ligeramente entre compañías y escuelas, pero que todas comparten algunos rasgos comunes:

  • Prima la acción: Lo importante en una improvisación teatral es que ocurran cosas. En general en las impros se cuentan historias con una estructura básica de presentación-nudo-desenlace y es importante que los improvisadores traten de llevar todo a la acción, a hacer avanzar la historia. Evidentemente hay diálogos, pero es conveniente que no sean estáticos, sino que los improvisadores dialoguen de camino a, fabricando algo, conduciendo, en definitiva, accionando.
  • Prohibido negar: En una improvisación teatral está prohibido decir NO. Siempre hay que jugar a favor de lo que plantean nuestros compañeros. La negación impide que la historia que se está narrando avance. Por extensión, también están prohibidos los PEROS, que suelen conllevar una discusión que entorpece.
  • Prohibido hacer preguntas: Esto para un gallego como yo es algo complicado de asimilar, pero las preguntas en impro (salvo excepciones) no son aconsejables. En lugar de hacer una pregunta es siempre mejor lanzar una afirmación. En lugar de «¿Te parece bien si vamos a salvar al príncipe atrapado por el dragón?» es mejor decir: «Venga, vamos a salvar al príncipe atrapado por el dragón» mientras desenfundamos nuestra espada invisible. 
  • Remar siempre en la misma dirección: Otra de las máximas de la impro es que debemos ir a muerte con lo que planteen nuestros compañeros (de ahí no negar y no hacer preguntas) y no plantear tramas alternativas u objetivos que puedan entorpecer la trama. Si al principio de la impro se plantear recuperar la joya de la cueva de los Monos Sanguinarios toda la impro se encaminará hacia ese objetivo y a nadie debe plantear que quizás sea bueno pasar por el Acantilado de los Loros Parlantes para recuperar el anillo del Águila Chunga. Todas las acciones se encaminarán a conseguir el objetivo principal. 

La participación del público

El público es el otro elemento clave en la improvisación teatral. En la mayoría de los espectáculos de impro se recurre al público para pedirles cosas que hagan que la historia nazca en el momento. Es habitual pedir que escriban frases en papeles que luego se irán sacando de forma aleatoria en los juegos, pero también se puede involucrar al público en los diferentes juegos pidiéndoles que respondan rápidamente con palabras aleatorias, que hagan ruidos, que modifiquen en tiempo real cosas de la historia…

El público experto en impro se vuelve cada vez más riguroso y exige más a los improvisadores. Escriben frases complicadas, ponen en aprietos a los intérpretes y se involucran mucho en la solidez de las historias, sintiéndose guionistas y directores de una obra que ha nacido, muchas veces, de una de sus frases.

Rompiendo normas y moldes

Por último, la improvisación teatral es una disciplina tan libre y tan abierta que podría funcionar incluso saltándose todo lo mencionado anteriormente. Y cada día, en cada parte del mundo, nacen nuevas compañías de improvisación, nuevos estilos, nuevas mecánicas, nuevos juegos y nuevas ideas. 

Cada grupo o compañía de impro tiene sus propios recursos y su estilo particular. De esto hablaremos en futuros post. 

Sirva esto como una pequeña introducción a un mundo que, como decimos en impro, es mejor verlo que contarlo. Por eso te recomiendo que, si no has visto improvisación teatral nunca en directo, lo hagas en cuanto tengas oportunidad. Te parecerá algo tan imposible como divertido. Garantizado. 

Cómico, guionista y zurdo.

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