¡Eh, tú! ¿Te gustaría saber cual es la mejor hora para escribir comedia? ¿Y el mejor sitio para escribir comedia? ¿Y la forma más rápida para escribir buena comedia?
La respuesta a estas preguntas quizás se encuentre en los próximos párrafos de este post o quizás no, pero como se que te pica la curiosidad voy a tratar de no defraudarte demasiado. Antes de empezar, me preparo un café. Es parte del ritual.
El ritual
La respuesta a la pregunta de si existe o no una mejor hora para escribir comedia es que sí, que existe. Pero cada cómico tiene la suya. Voy a intentar describir cómo es mi mejor hora para escribir comedia, para ver si esto te sirve a ti para encontrar la tuya.
En general, yo escribo mejor por las mañanas. Mi mente está más despejada, tengo todo el día por delante y, si he dormido bien, mis pilas están totalmente cargadas. Justo antes de empezar a escribir me preparo un café (o lo pido, si estoy en una cafetería, que es muy habitual) y además trato de leer algún texto cómico o ver un video de algún cómico famoso. Ambos gestos forman parte de mi ritual, cada uno por un motivo.
El café lo asocio a mi proceso creativo desde siempre, de forma que el hecho de tener un café cerca hace que, de alguna forma que desconozco, partes de mi cerebro se activen automáticamente. Como el experimento del perro de Pavlov pero con un ser de inteligencia infinitamente menor a la de un perro: yo.
Hay quien necesita otro tipo de sustancias estimulantes, pero yo no lo recomiendo (y las autoridades tampoco). Para mi tener la mente despejada es imprescindible para que fluyan las ideas y nazcan los chistes.
Lo de leer algún texto cómico o ver un video de algún monologuista me sirve para dos cosas: reirme con el ingenio de otro, que es algo fantástico y las ganas de que mis textos sean igual de buenos que los suyos. Es algo parecido a cuando somos jóvenes y salimos del cine, tras ver una película de superhéroes, que salimos imitándolos, creyendo que también tenemos poderes.
Se lo que estáis pensando: eso no solo nos pasa cuando somos jóvenes, también nos sigue pasando hoy en día. El caso es que a mi me funciona. Ver un monólogo de un clásico de la comedia o incluso de algún nuevo cómico en auge, me estimula y de paso aprendo nuevas formas de hacer comedia.
En ese momento entro en mi funny zone que dicen los ingleses y me pongo a escribir, en modo escritura automática, sobre algún tema que me ronde la cabeza. A veces reviso las notas de mi libreta o de mi teléfono y trato de desarrollar alguna de ellas hasta que mi cerebro no da para más. Entonces paro, y a veces paro mucho tiempo, una hora o más, porque la mente necesita este tipo de descansos después de un esfuerzo creativo. Eso no quiere decir que me quede parado sin hacer nada, pero sí me pondré con otras tareas mecánicas (actualizar mi web de actuaciones, contestar mails, limpiar, etc…).
¿Cómo descubrir tu hora cómica?
Para descubrir cual es tu hora cómica, piensa en los momentos del día en los que estás más atascado y descártalos (mi hora horribilis es justo después de comer hasta media tarde, que soy incapaz de escribir nada). Con lo que queda, prueba a escribir en esas franjas horarias y analiza cuándo el material es mejor y cuándo te ha costado menos sacar temas y escribir de forma fluída. Hay quien escribe de noche, otros por las tardes, otros comiendo…
Si encuentras ese momento del día en el que escribes de forma fluída e incluso sonries al hacerlo, ese momento en el que relees lo que acabas de escribir y no te dan ganas de tirarlo inmediatamente a la basura, ese momento en el que notas que has creado algo que tiene potencial… probablemente esa sea tu hora cómica. Quédate con esos detalles: tu lucidez, tu velocidad mental y sobre todo tus ganas.
Ah, es muy importante crear una rutina de escritura. Si consigues ponerte todos los días a escribir, aunque sea un ratito, verás como poco a poco te cuesta menos y todo empieza a fluir de forma más natural.
Por supuesto, no todo el material que escribas en tu mejor hora será bueno. La mayoría será paja, pero aunque solo el 10% sea brillante, merece la pena estar ahí, con constancia, escribiendo sin parar.
El mejor lugar para escribir comedia
Los escritores profesionales siempre hablan de su isla como el lugar sagrado desde donde escriben. En comedia pasa lo mismo. Todos tenemos un lugar sagrado donde nos cuesta menos escribir, donde nos sentimos cómodos y de alguna forma nos aislamos para adentrarnos en nuestro universo particular.
Mi isla de escritor es, a grandes rasgos, cualquier cafetería del mundo. Me gusta escribir fuera de casa, a poder ser con un café delante y con algún tipo de ruido o vida a mi alrededor, pero sin que me molesten. Una cafetería tiene todos los ingredientes para que esto se cumpla. Hay murmullo, puedes estar totalmente aislado y, por supuesto, hay café.
También escribo en casa, aunque es menos habitual, y de hecho, en casa no suelo escribir comedia, sino otro tipo de material, como el que publico en Ideas de Olla, letras de nuevas canciones, sonetos…
¿Has localizado ya tu isla? Quizás sea la mesa del salón de tu casa, o la de la cocina, o quizás el escritorio del piso de arriba de casa de tu abuela. Encuentra ese lugar sagrado y cuidalo como tal. Limpialo, ordénalo y deja muy claro a la gente que viva a tu alrededor que si estás allí, es porque estás trabajando. Un cartel de «Genio trabajando» es muy útil en estos casos.
Si os apetece, dejad algún comentario poniendo vuestros lugares y vuestras horas favoritas para escribir comedia. Seguro que cada uno tiene sus peculiaridades.